Es importante la primera impresión a la hora de conseguir hacer atractiva nuestra vivienda a los ojos de los posibles compradores y en este sentido resulta fundamental el uso de los colores más adecuados para lograr que ese primer impacto visual sea positivo.
Para ello debemos de tener claro el tipo de comprador al que queremos llamar la atención.
De esta manera en el caso de buscar un comprador joven sería recomendable utilizar el blanco y combinarlo con colores intensos en la decoración, con lo que lograremos dar a la vivienda un toque luminoso, dando a la casa una apariencia dinámica y moderna.
Si por el contrario el público al que queremos dirigirnos es el de personas mayores, su preferencia estará en los tonos neutros, beiges o pastel, porque le darán a la vivienda una apariencia cálida.
La arquitectura y el estilo del inmueble también puede influir decisivamente en la elección del color, pudiendo optar en el caso de un loft por colores intensos.
Pero sin duda el blanco es gracias a su carácter impersonal y neutral el color más recomendable, porque permite al comprador planificar en su mente los futuros colores como si de un lienzo se tratase. Además es un color que transmite la impresión de limpieza y potencia la luz en la estancia, lo que ayuda a dar la sensación de amplitud en los interiores.
Los grises suaves y los cremas producen un efecto similar al blanco, mientras que los colores pastel transmiten calma.
Es importante por lo tanto huir de la personalización, dejando a un lado nuestros gustos personales. Debemos de huir de aquellos colores intensos que pueden llegar a cansarnos, como pueda ser el amarillo, el azul marino o el rojo.