La principal diferencia entre ambas estriba en la comunicación, ya que en el caso de la Inmobiliaria Tradicional la comunicación se realiza con el mercado, mientras que en el caso de las Inmobiliarias Boutique esa comunicación se produce cara a cara con el cliente.

La Inmobiliaria Tradicional se centra en una visión objetiva en la diversidad de las ofertas publicadas, en la cantidad de impactos recibidos, en la cantidad de carteles exhibidos, …; mientras que la Inmobiliaria Boutique se centra en la calidad del mensaje en vez de hacerlo en la cantidad, apostando por el trato personal, lo que le confiere un trato de calidad durante todo el desarrollo del proceso de compraventa de su propiedad, poniendo el foco en la calidad de gestión combinada con una estrategia de segmentación.

El cliente se convierte en el centro de todos los esfuerzos de la Inmobiliaria Boutique, partiendo de la máxima calidad del servicio profesional personalizado, exclusivo y de confianza, de tal modo que el negocio pasa a estar en un segundo plano, siendo clave la relación constante y fluida con el cliente, adaptando el servicio al compromiso adquirido en lograr el objetivo.

En este proceso es clave la entrevista previa, en la que ambas partes deben de ser sinceras la una con la otra y deben contarse absolutamente todo, comunicándole posteriormente durante todo el proceso las opciones que vayan apareciendo en el mercado, siendo el cliente quien tiene siempre la última decisión.